FRANCO VACCARINI.
de UNA SOMBRA COMO YO
Hace
mucho tiempo, unos alpinistas descubrieron un monstruo congelado cubierto por la nieve,
aferrado a una vara de mimbre. Era todo rojo, cola de león, barba de chivo y
cuernos.
El jefe
del grupo propuso llevarlo al museo de Ciencias Naturales más cercano y lo
cargaron. Pasaron la noche en un refugio, al calor del fuego.
Al día
siguiente el monstruo congelado había desaparecido, sólo encontraron un líquido
rojizo, parecido al líquido de frutillas, alrededor de las llamas. Y la varita
de mimbre. El primero que la tocó, se convirtió en otro monstruo, congelado
igual que el anterior.
Todos a
su turno, por accidente o por descuido, tocaron la varita. Así, uno por uno,
los alpinistas se convirtieron en monstruos y ese mismo día se derritieron.
Relato de Dolores
de LA BRUJA QUE TODAVÍA NO COMIÓ